Vivir sin luz durante cuatro meses al año

Algunas localidades del hemisferio norte como Utqiagvik en el estado de Alaska se despiden este mes del sol en un último atardecer que se convierte en fiesta popular. Ya no volverán a disfrutar de sus rayos ni de sus beneficios para la salud durante meses.

Casi cinco meses sin luz. El pasado 3 de noviembre, la región rusa más al norte del país, el archipiélago o Tierra de Francisco José, se sumió en una oscuridad total tras despedirse del sol en el último atardecer del año. En lugares como la isla de Rudolf, a unos 900 km del Polo Norte, no se volverá a ver la luz del astro rey en 176 días. Afortunadamente en esta región rusa no se localizan más que escasas bases científicas y militares.

Sin embargo, estos días, la larga noche polar se va extendiendo por el hemisferio norte y pronto la ciudad de Utqiagvik en Alaska, la localidad habitada más septentrional de los EE UU, se envolverá en tinieblas. Aquí cada año, el último atardecer es motivo de celebración para sus poco más de 4.000 habitantes. Después les esperan unos 66 días seguidos sin gozar de la luz natural.

Cuando llegue el momento, la prensa nacional se llenará de noticias que narran este acontecimiento natural provocado por la inclinación del eje de la Tierra. «Las regiones que reciben menos luz al año debido a la latitud se encuentran en los entornos de los polos. Hay que tener en cuenta que la Tierra se mueve alrededor del sol en su órbita con un eje de inclinación que determina las estaciones del año. Cuando nos encontramos en invierno en el hemisferio norte, estamos más cerca del sol, pero el eje de inclinación terrestre no apunta en el polo norte hacia el Sol, de ahí que las regiones cercanas al polo norte experimenten unos seis meses de oscuridad y ocurra lo contrario en el hemisferio sur. En cambio, en el verano del hemisferio norte, el eje de inclinación terrestre apunta hacia el sol, experimentando seis meses de luz solar constante. Al fenómeno por el cual el sol no se oculta se le llama sol de medianoche. Casi toda la población afectada se sitúa en el hemisferio norte, debido, en parte, a la mayor proximidad de las masas continentales al círculo polar ártico que al antártico», explica Mar Gómez, doctora en Físicas y meteoróloga de eltiempo.es.

¿Cómo sobreviven los habitantes de latitudes tan cercanas al Polo? Hace un año, los ciudadanos de Utqiagvik abrieron un hilo en la plataforma Reddit donde compartieron parte de sus trucos. «Al frío polar, al aburrimiento o a comer latas te acostumbras –decían–, pero a la noche polar es difícil sobreponerse».

Vitamina D

Alaska, de hecho, cuenta con uno de los índices más altos de depresión de los Estados Unidos. «La tasa de suicidio se sitúa en unas 30 muertes por cada 100.000 personas en esta región y resulta la principal causa de muerte entre los jóvenes mayores de 15 años», decía recientemente Beverly Schoonover, directora del Consejo de Prevención del Suicidio del estado en medios locales. Y es que «la falta de luz solar está asociada con el estado anímico. Hay más riesgo de depresión, insomnio y de que se desregulen cierto tipo de patologías psiquiátricas. Por otro lado, la vida durante el invierno es más sedentaria y la ingesta es más calórica, por lo que suele aumentar el peso. Aunque básicamente el organismo se enfrenta a una falta de vitamina D con la falta de exposición al sol. Aproximadamente el 80% de esta vitamina se produce a través de la piel por la exposición al sol y otro 20% se debe a la dieta», explica Clara Joaquim, endocrina y miembro del área de nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición.

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